GURUDEVA PÁVANAJI
Sin importar donde estuviera, su presencia irradiaba la jerarquía espiritual de su alma, el solo hecho de estar cerca suyo me hacía sentir más elevada. Recuerdo especialmente un atardecer en la montaña, en Carpintería, San Luis, en que me regaló la dicha de estar a su lado en silencio sólo observando la belleza del paisaje en el momento del crepúsculo, lo grabé en mi memoria como algo sublime que me recuerda que todo es Dios.
Nunca tuve dudas de la pureza y profunda verdad de las enseñanzas que recibí de Él, aunque fueran aparentemente nuevas para mí y no pudiera asimilarlas completamente. En mi interior no había contradicción, solo ponía en evidencia los ajustes que debía hacer para progresar más rápido en el sendero espiritual.
A medida que pasa el tiempo, valoro cada vez más cada una de sus palabras, cada uno de sus gestos; cada vez es más grande la devoción y reverencia que siento hacia Él y no puedo dejar de agradecerle la infinita paciencia y comprensión que tuvo que dispensarme.
Cuando pienso qué es lo más importante que he tenido en esta vida, la respuesta inequívoca es haber sido bendecida con su guía, es haberlo tenido como Guru. Tratar de realizar el conocimiento que me transmitió es “el gran desafío para mí”, es el verdadero sentido de mi existencia.
Siento que sigue acompañándome a cada momento, recordarlo reconforta mi alma, me protege, me impulsa a seguir...
Shubhá