E mail: 19/2/2009

Queridos alumnos,

                                                     ¡Hari Om! ¡Namaste!

El próximo lunes 23 es un día muy auspicioso ya que tenemos aquí una gran celebración. Se trata del Mahashivaratri, la noche del Señor Shiva. Se ayuna todo el día y se pasa la noche sin dormir adorando al Señor y cantando Sus glorias. Es una festividad que me llena de regocijo y quiero compartirlo con ustedes.

Swami Shivanandaji contaba que cuando la creación había terminado, el Señor Shiva y Parvati (la Conciencia Cósmica y Su Energía Divina, respectivamente) se fueron a vivir a la cima del monte Kailas. Parvati preguntó, “¡Oh venerable Señor! ¿Cuál de todos los rituales observados en Tu honor Te complace más?”

El Señor respondió, “La 14ª noche de la luna nueva, en la quincena oscura del mes de Phalgun, es Mi día favorito. Es conocido como Shivaratri. Mis devotos Me dan mayor felicidad ayunando que realizando baños ceremoniales y ofrendas de flores, dulces e incienso”.

“El devoto observa una disciplina espiritual estricta durante el día y Me venera de cuatro formas diferentes durante la noche. El ofrecimiento de algunas hojas de bael es más preciado para Mí que las joyas y las flores. Mi devoto debe bañarme con leche, cuajada, manteca clarificada y miel (toda esta adoración se hace sobre una piedra llamada Shiva Lingam, que es el símbolo de la Conciencia Suprema). No hay ningún ritual sagrado que pueda compararse con esta simple rutina”.

Las dos gran fuerzas naturales que afligen al hombre son Rajas (la actividad apasionada) y Tamas (la apatía o inercia). El voto del Shivaratri apunta al control perfecto de estas dos tendencias. Se pasa todo el día a los pies del Señor. La adoración ininterrumpida del Señor necesita de la presencia constante del devoto en el lugar de la adoración. El movimiento es controlado. Las bajas tendencias como la lujuria, la cólera, y los celos, proveniente de Rajas, son ignoradas y dominadas. El devoto observa vigilia durante toda la noche y así conquista también a Tamas. Se impone un control constante sobre la mente.

La adoración formal consiste en bañar al Señor. Se considera que el Señor Shiva tiene forma de Luz. Está ardiendo por el fuego de la austeridad. Por lo tanto es propiciado mejor mediante un baño frío. Mientras baña al Shiva Lingam, el devoto ruega: “¡Oh Señor! Yo Te baño con agua, leche y demás. Tú, por favor, báñame con la leche de la sabiduría. Lávame de todas mis faltas para que el fuego de lo mundano, que me está quemando, pueda ser extinguido de una vez y para siempre, y me una a Ti, el Uno sin segundo”.

¡Que las bendiciones del Señor Shiva estén con ustedes para que desarrollen el anhelo espiritual supremo! OM

                                                                    Shuchita