E-mail: 6-7-09 Rishikesh Queridos Alumnos,                                  ¡Hari Om! Pranams!                                        Les escribo desde la Tierra de los Sabios, la India. Ya he tenido el Darshan (visión) de grandes almas, de santos. Mañana se celebra Gurupurnima, el día del Guru. Hay grandes preparativos y los devotos del Ashram continúan llegando de todas partes de India.                                        Sé que Vimalá les pasará un video de Pávanaji, estoy feliz por ello. Muchos de ustedes no lo conocieron, así que es una buena oportunidad para sentir su presencia.                                        Gurutattva es un principio divino, no es una persona física, sino Dios enseñándonos. Si en una vida tenemos la oportunidad de tener contacto con una gran alma, se debe a las bendiciones de Dios y a muchos actos meritorios de vidas anteriores. Ese contacto se llama Satsanga. Justamente estoy traduciendo un libro del venerable Swami Shivanandaji Maharaj titulado “Satsanga y Svadhyaya”. Satsanga, Svadhyaya, compañía espiritual y estudio espiritual, respectivamente. Es para mí un deleite hacer este trabajo, ya que Satsanga y Svadhyaya son dos de mis prácticas favoritas en el sendero espiritual. Me pareció oportuno compartir algunos párrafos con ustedes en este santo día de Gurupurnimá. Otro día les cuento cómo estuvo la celebración. A continuación transcribo algunos extractos del libro. Satsanga: una cuestión de disponibilidad

En la actualidad, hay una queja de que no hay buenos Mahatmas (grandes almas). Esta es una excusa pobre. La compañía de los Sadhus (santos) es una cuestión de oferta y demanda. Si hay una demanda sincera, la oferta vendrá inmediatamente. Esta es una ley inexorable de la naturaleza. Si estás realmente sediento, encontrarás a tu Maestro a la puerta de tu casa. Llevas una vida descuidada, tu mente está llena de pasión y de Vasanas impuras. No te importa en lo más mínimo la vida divina superior. Malgastas tu tiempo en conversaciones intrascendentes, vanas, mundanas e insustanciales. Te has convertido en un incorregible esclavo de la pasión, la codicia, el nombre y la fama. Y, aún así, te quejas de que no puedes encontrar buena Satsanga. Cúlpate primero a ti mismo. Admite tus faltas. Arrepiéntete sinceramente de tus errores. Haz penitencia. Rápido. Reza. Llora mucho en soledad. Conviértete primero en un Adhikari[1]. Luego, ven a mí. Te llevaré a los pies de loto de almas benditas que te pondrán en el camino correcto, te guiaré y te elevaré a las alturas sublimes. Estas “grandes almas” o almas elevadas están esperando para apoyar a los buenos aspirantes. Está lleno de Mahatmas. Los verdaderos buscadores de la Verdad son pocos. Si presentas una acusación diciendo, “no hay ningún buen Mahatma”. Los Mahatmas también tienen un cargo serio que presentar, “no hay ningún sincero buscador de la Verdad”.

Las cosas buenas en este mundo, generalmente, son escasas. Es raro de encontrar almizcle, azafrán, sándalo, personas eruditas, personas virtuosas, héroes y filántropos. Siendo éste el caso, ¡qué podemos decir de santos, yoguis, sabios y devotos! Primero, tendrás que equiparte con los requisitos necesarios de autocontrol, celibato, calma mental, intenso anhelo de liberación, humildad, obediencia y espíritu de servicio entre otros, de modo de volverte apto para su compañía. Si logras su Satsanga, la cuestión de tu liberación está solucionada.

Historia del Rishi Vishvamitra y el sabio Vasishtha

En una ocasión, el Rishi Vishvamitra, un gran asceta, tuvo una disputa con el sabio Vasishtha y le dijo: “El Tapas (sacrificio) es superior a cualquier otra cosa en este mundo”. Vasishtha planteó su objeción y dijo, “Satsanga es superior a Tapas”. Entonces, convinieron en ir a ver a Brahma (el Creador del universo) para obtener Su opinión al respecto. Se acercaron a Brahma y le plantearon el tema para que Él decidiera de manera definitiva. El Señor Brahma les dijo, “estoy ocupado con Mi trabajo de crear. No tengo tiempo. Por favor, vayan a ver al Señor Shiva (el Transformador del universo). Él tiene mucho tiempo a Su disposición. No tiene nada que hacer ahora ya que Su trabajo comienza solamente cuando viene Pralaya (la disolución del universo)”.

Entonces, se acercaron al Señor Shiva para obtener Su visión y decisión definitiva. El Señor Shiva les dijo, “ahora voy a ver a uno de Mis devotos. No tengo tiempo. Por favor, vayan a ver al Señor Vishnu (el Conservador del universo). Él les dará una visión satisfactoria sobre este tema”. Entonces, fueron a ver al Señor Vishnu. Éste les dijo, “no puedo decidir sobre este asunto. Por favor, vayan a ver a Adi Shesha[2]. Está siempre repitiendo el Nombre de Dios a través de sus mil lenguas. Es un gran devoto. Es la persona correcta para darles una respuesta definitiva. Además es muy sabio”.

Entonces, fueron a ver a Adi Shesha y le plantearon sus puntos de vista. Adi Shesha respondió, “por supuesto que les daré mi opinión decisiva. Pero antes, retiren de mi cabeza la carga de esta tierra. Sólo entonces podré dar mi respuesta”. Ellos le preguntaron, “¡Oh Adi Shesha! Por favor, indícanos la manera de quitarte esa carga”. Adi Shesha respondió, “por favor, denme el fruto de su Tapas y de su Satsanga. De ese modo seré aliviado de la carga”.

Vishvamitra dijo, “¿Eso es todo? Ahora mismo te doy el fruto de cien años de mi Tapas”. Pero Adi Shesha no fue aliviado de la carga que tenía sobre su cabeza. Vishvamitra dijo, “entonces, te doy el fruto de mil años de mi Tapas”. Pero Adi Sesha tampoco fue aliviado de su carga. Luego, Vishvamitra dijo, “ahora te doy el fruto del Tapas de toda mi vida”. Pero Adi Sesha tampoco fue aliviado.

Entonces, Vasishtha dijo, “te doy el fruto de un segundo de mi Satsanga”. Inmediatamente Adi Shesha fue aliviado de la carga que llevaba sobre su cabeza.

Vishvamitra bajó su cabeza avergonzado. No dijo una palabra. Comprendió que Satsanga era superior a Tapas. Su orgullo del Tapas se desmoronó.

La gloria de Satsanga no puede ser descripta apropiadamente por medio de palabras. Satsanga es el único medio potente para superar las tendencias negativas e infundir desapego. Sin Satsanga, no puedes tener ni un ápice de progreso espiritual.

Satsanga, Shanti (paz), Santosha (contentamiento) y Vichara (reflexión) son los cuatro centinelas que custodian las puertas de Moksha (la Liberación). De estos centinelas, Satsanga es el superior. Si haces amistad con él, los otros tres inmediatamente serán tus amigos y podrás entrar, fácilmente, en la morada suprema de Moksha y la felicidad eterna.

Nunca pierdas una Satsanga

 

“…Puede que un disertante

no tenga un pensamiento sublime un día,

pero podría venirle ese pensamiento en otra oportunidad. No debes perder eso.No pierdas ninguna oportunidad

de tener la Satsanga de Mahatmas y santos”.

 

Nunca olviden este buen consejo de Swami Shivanandaji Maharaj. Que las bendiciones del Maestro Pávanaji y de todos los Maestros estén siempre con ustedes. OM

                                                                                              Shuchita

[1] El que reúne los requisitos o tiene los méritos para algo.

[2] Serpiente mitológica que representa al Infinito.