Gurupurnimá 2/7/2004

 Gurupurnimá es el celebrado Día del Guru coincidente con la 7ª luna llena del año. Guru es el Maestro Espiritual que guía al discípulo por el océano del mundo para conducirlo a la unión con Dios. El término Guru significa “Aquél que remueve la obscuridad” o, lo que es lo mismo, “Aquél que ilumina”. ¿A qué obscuridad se refiere? A la obscuridad de la ignorancia. El hombre ignora qué es, de dónde viene y adónde va; anda perdido por el mundo llorando como un pobre desgraciado, hasta que surge un clamor interior que dice “¡oh Dios mío, ayúdame!”. Desde tiempos remotos se ha dicho que “cuando el discípulo está preparado, aparece el Maestro”. Uno debe merecer ese encuentro trascendental, de lo contrario puede estar al lado de un Maestro iluminado y confundirlo con un hombre común. ¿Qué es lo que diferencia a un Guru de una persona común?... su estado de conciencia. Mientras la persona ordinaria ignora su esencia, el Maestro ha realizado en su interior – a lo largo de muchas vidas –su verdadera esencia que es la Divinidad Misma. El Yogui realizado tiene Conciencia Divina, mientras que el hombre común se identifica con su pequeño cuerpo, su enorme ego, su nacionalidad, sexo, edad, etc. Por fuera son iguales, lo que varía es el estado de conciencia en uno y otro. Un Guru no es lo mismo que un erudito. Alguien puede recitar los textos sagrados de memoria pero estar aún limitado en su conciencia apegada al ego. Es distinto ver la ciudad de Varanasi en un mapa que caminar por sus estrechas callejuelas. Una cosa es “conocer” y otra “saber”, “experimentar”.

 

Sin duda alguna, la parte más difícil la lleva el discípulo. Es el shishya (discípulo) el que tiene que hacer el esfuerzo para doblegar sus viejas tendencias y elevar su estado de conciencia, apegado a los placeres egoístas del mundo. El Guru ya hizo el trabajo antes y disfruta de su Conciencia Divina. Ser discípulo implica entregarse, obedecer, esforzarse, servir al Maestro para aniquilar su ego. Este es un tema muy difícil de entender en Occidente; se cree que se está entregando a otro ser humano que podría abusar de él. Sin embargo, el discípulo no debe ver al hombre en el Guru, sino a Dios. Es Dios que enseña a través de esa forma humana. En cuanto a la posibilidad de que abusen de él, deberá tener en cuenta que “cada uno tiene el Maestro que se merece”, si es un discípulo sincero, tendrá un Guru sincero. La desconfianza en el Guru es un gran obstáculo. Todo esfuerzo será inútil. El que duda forma a su alrededor una coraza que no permite que penetren las enseñanzas del Maestro. Las bendiciones del Guru están siempre fluyendo hacia sus discípulos, pero unos las reciben y otros no. Esto se debe a que en algunos hay entrega, confianza, devoción y esfuerzo, mientras que en los demás esto no está. Cuando uno entrega su vida al Guru, todo en la vida, material y espiritual, se torna más fácil. Ha obtenido Su Gracia. En este bendito Día del Guru, todos los discípulos del mundo muestran a sus respectivos Maestros su gratitud. La deuda hacia el Guru no se puede pagar con objetos materiales, porque lo que Él hace por nosotros es trascendental, nos lleva a Dios. No obstante, el discípulo sincero aprovecha este día para renovar sus sentimientos de devoción y entrega al Guru, para doblegar sus esfuerzos por poner en práctica todas sus enseñanzas y ofrecerle el fruto de su sádhana (práctica espiritual). Si aún no tienes un Guru y lo deseas fervientemente en el fondo de tu corazón, no tengas dudas de que vendrá a ti. Y si ya lo tienes, no desperdicies esta oportunidad, porque si la desaprovechas en esta vida, te costará mucho volver a merecerlo en alguna otra vida. Que el Ser Supremo en la forma del Guru te bendiga.

                                OM SHRÍ PÁVANÁYA NAMAH.

                                                                                          Shuchitá