FELICIDAD (6ª y última parte)
Dr. Gopal Ji Mishra
Varanasi, febrero 2006
INDIA
Rezar a Dios es otra forma de obtener felicidad. Dios es capaz de hacer todo. Todos los sentimientos vienen de Él. Si una plegaria es hecha a Dios pidiéndole que nos haga felices, ésta será escuchada por Él con alegría. La única condición es que la oración sea sincera; debe ser hecha desde el fondo del corazón.
No podemos olvidar que Dios es sabio y amable. Si la oración es genuina, será otorgada, Su benevolencia será derramada en abundancia sobre nosotros y la felicidad le seguirá.
Si alguien es infeliz por su pobreza, debería pensar en aquellas personas adineradas y reyes (particularmente en India) que renunciaron a su dinero,  a sus bienes y a todas sus pertenencias, pero que en lugar de volverse infelices, fueron felices. Esto muestra que la carencia de dinero no es causa de infelicidad. Incluso en épocas modernas millones de personas de este planeta han renunciado a su dinero, bienes y todo para hacerse devotos de Dios. El dinero no es remedio para todas las penas. La felicidad no depende del dinero. Es un estado de la mente que puede ser desarrollado por cualquiera, pobre o rico, hombre o mujer, joven o viejo.
Si alguien se enferma, debería pensar que esta dolencia es una consecuencia de sus propios actos impuros hechos en el pasado. Es mejor soportarla dignamente y rezar a Dios por fuerza y coraje para enfrentarla. Este pensamiento disminuye la angustia de la infelicidad.
Si nadie quiere acercarse a ti, si todos te desprecian, esta situación puede ser tomada como una bendición otorgada por Dios. ¿Por qué? Porque tal circunstancia es muy buena para la práctica espiritual o la devoción. Un estado sereno es mucho más conveniente. Este tipo de pensamiento asegurará  felicidad.
Si alguien muere en la familia, no se debe estar afligido. Se debe pensar que la persona que está ahora muerta, pertenecía a Él. Si Dios ha llevado de vuelta lo que es suyo, ¿por qué alguien debería estar triste? Quien sea que haya venido a esta tierra está destinado a morir un día u otro. Cuando el tiempo de partir ha llegado, la muerte seguramente tendrá lugar. Entonces, ¿por qué estar angustiados por un hecho inevitable?
Si una mujer enviuda, puede pensar: “si Dios me ha hecho viuda, tomaré a Él mismo como mi esposo desde hoy”. La Santa Mirabai tomó al Señor Krishna como su esposo y permaneció feliz.
Si un hombre enviuda, puede pensar que el oro y las mujeres son impedimentos en el sendero espiritual. Entonces, es la bondad de Dios quitar uno de los obstáculos. Esta clase de pensamiento minimizará la congoja.
Si alguien es insultado por algún pariente o miembro de su familia, debe estar agradecido pensando que es bueno desapegarse de ellos de esta forma. El apego es considerado como una actitud indeseada en el mundo espiritual.
Puede pasar que alguien se vea enfrentado al infortunio, uno tras otro, en una secuencia sin fin. Es natural que esté perturbado, frustrado y desanimado. Pero aquí, debería mantenerse paciente y esperanzado por un futuro brillante.  Permanecer esperanzado en circunstancias adversas trae felicidad.
En caso de robo y/o hurto, uno debe pensar que todo lo que posee fue dado por Dios y ahora Él  ha tomado de vuelta Su dinero, Su oro, etc. por medio de los ladrones y delincuentes. No se debe sentir el hecho doloroso de la pérdida y así continuar dichoso.
Cuando los padres ven que el hijo se ha ido fuera de control, no obedece, se comporta descuidada e incorrectamente, ellos se afligen. En esta situación, los padres primero deben aconsejar al hijo. Si éste no sigue la recomendación, y ellos no encuentran salida, deben pensar que es Dios que le ha dado nacimiento, que  Él es el Maestro, su deseo está siendo cumplido, lo que sea que Él considere conveniente para el hijo, solo aquello ocurrirá. Entonces, permitan que Su deseo sea materializado. Este tipo de pensamiento aliviará la tensión y traerá felicidad.
El dueño de la casa se altera y angustia cuando encuentra que la persona cercana a él está deseosa de tomar su lugar en la casa. Se queda disputando y haciendo tenso el clima, piensa ¿qué se puede hacer? ¿Pelear o entregarse? Pelear puede quitar la vida. Entregarse puede molestar. Aquí, no hay dudas, el dueño de casa sentirá un dolor profundo en resignar, pero no hay otro camino. Después de todo, algún día, la muerte le arrebatará el poder. Entonces, ¿por qué no entregarlo hoy?
Es sabio no enojarse. Los otros pueden comportarse inapropiadamente contigo, insultándote, abusando de ti, haciendo observaciones sarcásticas, siempre criticándote y hasta te pueden amenazar. “Para toda acción hay una reacción adecuada y opuesta”. Si sigues esta regla, tu problema se irá acrecentando. Entonces, no es la solución. El enojo, la envidia, el odio nunca podrán ser superados por los mismos términos. El barro no puede ser limpiado con barro, se requiere agua fresca para hacerlo. De modo similar, el odio, la envidia y la ira de los otros pueden ser vencidos con amor, simpatía y una conducta de mente fría. Este estado mental fortalecerá la dicha. “Errar es humano”. Todos saben qué faltas han cometido en esta vida y en la vida pasada. Si el hecho es muy malo, la persona estará temiendo y arrepintiéndose. Estará sin entender qué debería hacer. Pero mediante un arrepentimiento verdadero, decidiendo no hacer eso nuevamente y realizando actos virtuosos puede contrarrestar sus errores. Esto aliviará a la mente y traerá felicidad. En realidad es la mente la que siente felicidad o infelicidad. Antes y por sobre la mente, está el intelecto. Si éste está correctamente educado, abstendrá a la mente de sentir tristeza y la conducirá a experimentar felicidad. El intelecto debe ser utilizado para desalentar y erradicar sentimientos de infelicidad.
Un gran Santo dice que todos los seres humanos de este mundo son infelices. ¿Qué hacer entonces?, ¿Cómo ser felices?, ¿Quién es ser feliz? Él dice que solo es feliz quien ha adoptado el fundamento del santo nombre de Dios. Entonces, alguien que dedica cierto tiempo diario en cantar el santo nombre de Dios, seguramente sentirá felicidad luego de transcurrido cierto tiempo.
Además obtenemos todo de Dios, así que incluso la felicidad es otorgada por Él. La dicha genuina, la beatitud eterna, la felicidad pura.
El nombre de Dios es muy poderoso. Dharma, Artha, Kama y Moksha pueden ser obtenidos cantando el nombre de Dios. La meditación es la concentración en Él. Entonces cantar y meditar son caminos seguros para obtener felicidad.
Al que adhiere a esto, Dios le muestra el camino, quita todos los obstáculos, otorga inteligencia, perdona las faltas, lo hace Suyo y lo conduce a la Felicidad.
 
Dr. Gopal Ji Mishra
Varanasi, febrero 2006
INDIA