FELICIDAD (1ª parte)
Dr. Gopal Ji Mishra
Varanasi, febrero 2006
INDIA
 
Todos desean felicidad. Por sobre todos los deseos, éste es el mayor.
Si fueran analizadas todas las actividades humanas llegaríamos a una simple conclusión: detrás de todas ellas subyace el deseo de felicidad. Como resultado, buscamos felicidad en objetos materiales, en circunstancias del mundo físico y en seres humanos mortales. Y llegamos a la conclusión de que todas estas cosas no satisfacen nuestro anhelo de felicidad. La razón principal es que buscamos felicidad duradera y eterna. Una felicidad que sea permanente. Una dicha que no pueda debilitarse, que no requiera nada.
La felicidad puede ser obtenida por todos. Es el derecho de nacimiento de todos. No hace diferencia entre las personas. Pobres, ricas, santas y hasta malas personas tienen el mismo derecho de ser felices. El único requisito es la voluntad de llevarlo a cabo. Alguien que lo desea de corazón la obtendrá.
La fuente principal y singular de la felicidad está presente, siempre presente, en el corazón de todos y es Dios. Él es la Verdad, la Conciencia y la Felicidad encarnadas. Alguien que entienda esto, seguramente logrará la felicidad.
La época moderna se ha desarrollado de un modo tal que ha estado creando gran cantidad de dificultades, tales como tensión mental, depresión, nerviosismo, irritabilidad, hipertensión, enojo, arrogancia, agresividad, etc.
Como resultado, encontramos que las relaciones entre un hombre y otro, entre un hombre y la sociedad y entre sociedades se convirtieron en crueles y peligrosas.
La demanda real de la humanidad es la paz, dicha, tranquilidad, serenidad y afecto. El hombre no disfruta el malestar que culmina en guerra. Pero encuentra que hay ciertas fuerzas que están impulsándolo a ser indulgente en ella. Cuando hay una acción así, vendrá la reacción. En este camino la cadena de acción y reacción toma existencia, una existencia sin fin que va convirtiendo a la vida en un infierno.
Es natural que todos deban hacer frente a adversidades. Si una persona es capaz de hacer frente a situaciones hostiles, es que ha destruido su infelicidad. Si alguien cree que la adversidad es un deseo de Dios y es tomada como tal, inmediatamente se siente aliviado.
Todos han recibido el poder de creer en Dios. Para ser felices, es necesario creer en Él. La felicidad no puede ser experimentada hasta no creer en Dios. A partir de ese momento uno se siente aliviado.
¿En qué creer?
Dios es el Monarca de todo. Él es el Creador de todo, de toda esta población, de la vida y del universo. Él es el guía de esta creación. Él es quien nos ha confiado este cuerpo, los miembros de la familia y las propiedades. Todo esto Le pertenece. Mientras estas cosas estén contigo, debes trabajar como su cuidador. Todos ellos deben ser utilizados apropiadamente. Trata a los miembros de la familia como invitados de Dios, presta tus servicios a ellos. Otórgales felicidad. Y cuando Él quiera llevarlos de vuelta, no dudes en darlos de vuelta. Siéntete feliz de hacerlo de este modo.
Si siente que todo esto es propiedad de Dios, permanecerá equipado con el recuerdo de Dios, entonces todos y cada uno de los trabajos aparecerán como trabajo de Dios. Entonces se podrá hacer todo con toda sinceridad, habilidad y cuidado. Luego en tal estado mental la separación de las cosas, de la vida y del cuerpo no te hará infeliz. Te liberarás de la ansiedad, de la tristeza y del miedo para siempre. La razón principal de la infelicidad es creer que las cosas de Dios son nuestras.
Continuará……….