Email: 11-1-09
Queridos alumnos,                                  Hari Om! Pranams!
                                  Hoy es un hermoso domingo soleado, así que a media mañana decidí salir a caminar y recuperar así el calor de mis pies, que se habían enfriado mientras trabajaba sentada en mi habitación. Fui a Gurudeva kutira, la casa donde vivía Swami Shivanandaji, y reverencié al gran Maestro. Luego me detuve a tomar sol sobre una baranda que da al sagrado Ganges mientras reflexionaba sobre las experiencias de los últimos días. Justo enfrente hay una gran librería del Ashram. Desde allí me vio uno de los jovencitos brahmacharis que visten de amarillo (es una etapa previa a la renuncia del sannyasin, algo así como un noviciado) y vino a buscarme. "Mataji" (madre), dijo con dulzura, "le estábamos por enviar un libro de regalo a su dirección, pero usted está aquí, así que, por favor, venga que se lo doy". Así fue que me encontré con un hermoso libro de Swami Chidananda en mis manos, "Busca más allá". Volví a la baranda soleada y me puse a leer un capítulo, ahí nomás, de pie. Lo encontré muy inspirador para los aspirantes espirituales e inmediatamente pensé en compartir esas ideas con ustedes. Así que estoy nuevamente en mi habitación, escribiéndoles.
                                  El tema que busqué al azar tiene que ver con los deseos y nuestros merecimientos. A continuación resumo los puntos sobresalientes:
"Hay un dicho significativo que dice que cada uno obtiene lo que merece. Esto no se aplica sólo al terreno espiritual.  En las escrituras sagradas se dice que el Señor Todopoderoso, Dios, es el kalpataru (el árbol que satisface todos los deseos si uno se sienta bajo su sombra), es kamadhenu (la vaca divina que satisface todos los deseos), es chintamani (la perla divina que da todo al que la posee). Los devotos se dirigen al Señor con gratitud: '¡Oh Tú, vañchita-phala-pradayaka, que concedes todo lo que uno desea!'.
"Phala significa fruto. El fruto es algo que ha sido trabajado con diligencia durante meses y años. Se sembró una semilla, se la regó y se la cultivó cuidadosamente. Fue cercada y protegida, y cuando todo lo necesario fue hecho, entonces aparece el fruto. No es que el Señor de cualquier cosa que uno desee. Un fruto es algo que ha sido trabajado.
"Esto quiere decir que Él siempre está listo para otorgar lo que uno desea y merece, habiendo trabajado para ello. Uno puede tener el deseo más sublime, el de la ambición espiritual, pero debe reafirmarlo con paciencia, esfuerzo y práctica. A través de tal esfuerzo uno se vuelve merecedor. Y entonces Dios se vuelve para uno el kamadhenu, kalpataru y chintamani. Gurudev (Sw. Shivanandaji) solía decir: '¡Todo es posible! Nada es imposible, con tal de que lo merezcas, trabaja para ello'.
"El solo hecho de que Dios haya puesto esa chispa del deseo espiritual en tu corazón, es en sí mismo una prueba de que estás hecho para grandes cosas. Es en sí mismo una señal suficiente de que Dios piensa derramar Beatitud Suprema sobre ti. De otro modo, entre millones y billones de seres humanos que deambulan engañados por la superficie de esta tierra, ¿por qué debería elegir a unos pocos, llamarlos y dotarlos de esa aspiración? Puedes contar a estos pocos con los dedos, mientras millones andan a tientas en la oscuridad y están satisfechos revolcándose en el fango del samsara, mundanalidad. Ellos se sienten cómodos y disfrutan, creyendo que están perfectamente bien.
"Cuando tal es la condición que prevalece en la humanidad, ¿cómo es que tú eres llamado y atraído en una dirección diferente? ¿Por qué se te han dado ideas, aspiraciones, ambiciones nobles y supremas en esta dirección? Muy pocos buscan la perfección entre millones. ¿No te has dado cuenta de que perteneces a esa pequeña minoría? ¿No sientes que es un gran privilegio y honor otorgado por el Señor Supremo, una gran oportunidad? Por lo tanto, ¿no crees que debes demostrar que eres merecedor de semejante don que se te ha ofrecido?
"Las escrituras han dicho 'No, no, no es muy fácil'. Pero luego también han dicho: 'Lo más difícil puede volverse fácil SI tienes la aspiración por ello y la voluntad de lograrlo'".
Me despido con las palabras de Pávanaji:
"Trabajen, trabajen, trabajen, encontrarán la gloria".
                                                      OM OM OM
                                 Shuchita