SHRI DATTATREYA JAYANTI

Queridos alumnos,

¡Hari Om! ¡Pranams!

Ayer tuvimos la celebración del nacimiento de Shri Dattatreya que consistió en cantos en Su alabanza, adoración en un pequeño templo en Su honor que hay en la montaña dentro del mismo Ashram, y, finalmente, un prasad o alimento ofrecido a la Divinidad que se toma como bendición. Comimos todos juntos al aire libre, sentados en el piso y con la mano – esa es la costumbre en India. La mañana estaba hermosa, soleada y fresca. Estábamos rodeados de inmensos árboles. Fue una celebración muy hermosa en compañía de los principales swamijis del Ashram. Les envío algunas fotos de la ocasión que están también en la galería de fotos de la web. También filmé.

Shri Dattatreya fue una Encarnación Divina de los tres aspectos del Señor, Brahma, Vishnu y Shiva, o Sus aspectos de Creador, Conservador y Transformador respectivamente. Su estado de experiencia divina era el más alto que se puede llegar a lograr, es el estado del Avadhuta o el sabio desnudo. La desnudez no se refiere al cuerpo sin ropas sino a la no identificación con el cuerpo mismo. El Avadhuta es Conciencia Pura revestida por el espacio. Es decir, sin límites. Shri Datta es celebrado como el Guru Divino. Él transmitió las enseñanzas del Vedanta en forma de diálogos e historias. La esencia de sus enseñanzas es experimentada por el sabio que encuentra al Ser Infinito o el Alma Suprema en todo lugar adonde mire, observa el reflejo del universo entero mientras surge y se sumerge en el Ser. Ve al Ser dentro y fuera de él. El veedor adentro y el Ser Universal afuera son lo mismo.

Así como el soñador no es confundido con el sueño, tampoco el Señor debe ser confundido con Su creación. Así como un hombre sobrevive a su sueño, también el Señor sobrevive a la disolución de Su creación. La creación es una pintura dibujada por Él sobre Sí Mismo. Así como no puede haber olas sin océano, tampoco el universo puede ser concebido sin Conciencia.

La naturaleza irreal del universo, como la de las imágenes en un espejo, sólo se vuelve clara por medio del discernimiento. Esta ilusión es muy vieja.

La Verdad nunca puede cambiar su naturaleza, mientras que la falsedad siempre está cambiando. Uno concibe al mundo según lo que está habituado a pensar de él.

Los sabios pueden clasificarse a rasgos generales en tres, inferiores, intermedios y superiores:

Sabios inferiores: si bien conocen al Ser, todavía están influenciados por los placeres y sufrimientos que le vienen debido al karma maduro. Se comportan como hombres ignorantes aún muy atentos a sus cuerpos. Están en estado de perfección cuando están en calma ocupados en el Ser. Por momentos son atrapados por la ignorancia confundiendo al cuerpo con el Ser y considerando al mundo como real, dominados por sus tendencias. Hay una lucha en ellos entre sabiduría e ignorancia.

Los sabios intermedios: aún mientras cosechan los frutos del karma pasado, están firmes en su felicidad interior. Nunca son engañados por el cuerpo, ni están apegados a él. Sus mentes están sosegadas debido a sus largas prácticas y austeridades. Ellos hacen el trabajo suficiente para sus requerimientos mínimos. Habiendo trascendido el mundo, su cuerpo continúa existiendo de acuerdo a sus tendencias y su karma.

Los sabios superiores: nunca se apartan del regocijo de su beatitud aún si se confrontan con karma maduro un millón de veces. Ellos no se sorprenden ante los sucesos más asombrosos, ni se exaltan por los mayores placeres, ni se deprimen por las peores miserias. Siempre están en paz y calma interior aunque parezcan actuar como personas comunes. Están completamente desapegados de sus cuerpos. Están siempre en estado de Conciencia Suprema o Samádhi bajo toda circunstancia. Nunca encuentran nada que no sea el Ser y, así, no hay intervalos en su conciencia.

Estas diferencias entre los sabios son debidas a las diferencias en sus intelectos y al grado de desarrollo de su sabiduría. Sus actividades dependen de sus predisposiciones, que son determinadas por el karma maduro. Algunos logran la conciencia del Ser en el momento mismo en que escuchan la Verdad, otros lo logran lenta y gradualmente en la misma vida, y aún hay otros que sólo lo logran después de muchos nacimientos.

El caso de Shri Dattatreya es el ejemplo de la mayor experiencia espiritual a la que se puede aspirar.

Hago extensiva a ustedes la bendición que el venerable Swami Nirliptanandaji Maharaj dio anoche en la Satsanga:

"¡Que las bendiciones de Shri Dattatreya estén con todos nosotros!"

OM

Shuchitá