Nota publicada por el diario El Litoral,
Nosotros
Edición del Sabado 15 de agosto de 2002
Periodista: Laura Osti.

"Yoga busca evitar sufrimientos, aprendiendo antes de que lleguen, entonces cuando vienen los golpes, uno está preparado", expresa Shuchitá Mahayoguiní (*), directora del Instituto Damarú de Estudios Orientales, fundado por su esposo, el maestro Pávana Yoguiraya (**).

En momentos en que los argentinos estamos sacudidos por una situación crítica que no reconoce precedentes, la perspectiva del Yoga ayuda a entender y a aliviar el dolor.

"Los sufrimientos que vienen no son casuales", dice Shuchitá. "El gran problema es el egoísmo, no hay que buscar culpables ajenos -añade. Una sociedad egoísta, como la nuestra, tiene que sufrir para aprender. Todo eso tarde o temprano tiene consecuencias, pero éstas no vienen sólo para causar sufrimiento, vienen para enseñar. Pávanaji solía decir que hay dos formas de aprender, o por la palabra de los sabios, o por los duros golpes que da la vida. Lo primero que hace un yogui o una yoguiní, cuando les tocan situaciones difíciles, es reflexionar `por qué, qué es lo que tengo que cambiar, qué actitudes egoístas tuve'. El argentino tiene sus mañas, es un pueblo muchas veces infantil, entonces tiene que aprender por vía del sufrimiento".

En ese sentido, advierte que "nuestro pueblo tiene mucho que aprender y debe apresurarse a hacerlo. Debemos salir airosos y fortalecidos de esta situación tan crítica. ¿Y cuál es el error argentino? El egoísmo a gran escala en todos los ámbitos. No me refiero a individualidades, porque seguro que hay excepciones, sino al conjunto. El egoísmo es una debilidad, un corrupto es una persona débil, insegura, que busca la felicidad en los objetos, las posesiones y el dinero. Pero como la felicidad no está allí, se vuelve insaciable. Yoga enseña que la felicidad está dentro, no fuera".

Distintas modalidades


Yoga, una filosofía de vida que permite desarrollar la conciencia para acercarnos a la Conciencia Suprema, ofrece distintas modalidades y proporciona muchas prácticas útiles para enfrentar el diario vivir.

Shuchitá menciona al respecto "la modalidad de Hatha Yoga, que con sus posturas, sus prácticas respiratorias y de relajación, permite mantenerse sereno, equilibrado y armónico para afrontar las dificultades que se presenten. Aquel que ya está practicando Hatha Yoga está en mejores condiciones para soportar las embestidas económicas del país por el sólo hecho de estar tranquilo".

Pero subraya que "aún mejor está quien ha abarcado Raya Yoga, que es el yoga que explica el `porqué' de las situaciones que nos toca vivir, tanto al individuo como al conjunto, en este caso los argentinos. Teniendo este conocimiento, uno no sufre, entiende, y tiene la fuerza necesaria para salir adelante. Comprende que la vida le está dando una lección que debe apresurarse a aprender; cuanto antes aprenda, tanto más rápido pasarán los efectos dolorosos".

El Yoga de la acción desinteresada


Existe también otra modalidad de Yoga conocida como Karma Yoga, que puede ser practicada por todos, ya sea que hayan incursionado antes en Hatha o Raya Yoga o no. "Este Karma Yoga consiste en la acción desinteresada sin esperar los frutos de esa acción, ni siquiera las gracias -dice Shuchitá. Éste es el momento ideal para ponerlo en práctica, no basta con lamentarse por los que quedan sin trabajo o que pasan penurias; hay que salir a ayudar, urgente. Cuanto más ayudemos, cuanto más desarrollemos la generosidad, menos sufriremos la crisis. Es así, pensar en los otros hace que uno deje de lamentarse por sí mismo, eliminando de este modo los distintos matices del egoísmo generalizado que nos han llevado a esta situación. Karma Yoga busca purificar, aliviar el efecto de las acciones o pensamientos egoístas del pasado y evitar tenerlos en el presente. Quien lo practique encontrará que su corazón está contento, se sentirá alegre de dar y ayudar a los necesitados".

Shuchitá recuerda al maestro Shivananda, quien exhortaba a sus discípulos con estas palabras: "Da, da, da, de lo que des tendrás en abundancia, de lo que acumules perderás".

Y por último, recomienda "tratar de que siempre otros se beneficien con nuestro trabajo, hay que agrandar la familia. El egoísmo trae sufrimiento, el compartir trae felicidad. Debemos como sociedad aprender rápido esta lección. Por eso, practiquen Karma Yoga".

Aprender a ser generoso


"Sé que mi esposo, el maestro Pávanaji, se hubiera preocupado mucho por ayudar a los necesitados; no podía ver a la gente revolviendo la basura, ni a los niños descalzos mendigando, él siempre ayudaba, y lo hacía a la manera india, sin esperar las gracias, ni que otros supieran que él ayudaba", recuerda Shuchitá, y también exhorta: "Hay que aprender de los grandes maestros, hay que aprender a ser generoso, el empleado con el empleador, el empleador con el empleado, el comerciante con su cliente, el maestro con el alumno".

(*) Nombre espiritual de Susana Lusardi.(**) Nombre espiritual de Mario Puertas.

Laura Osti