PARA MI GURUDEVA, el aspecto de Brahman de mi preferencia
La Naturaleza de Shiva, no puede ser comprendida por las mentes humanas ya que su entendimiento está más allá de las estructuras del pensamiento, las definiciones o los conceptos, es decir de lo que la mente misma es.
Es por ello, que cuando uno conoce a un ser que de alguna u otra forma lo manifiesta, éste ejerce, como lo hiciera un poderoso imán, una atracción intensa.
Y esto fue lo que me sucedió cuando conocí a Mario R. Puertas, Pavana Yoguiraya quien sería luego mi Maestro espiritual
¡Cómo poder describirlo! ... tamaña tarea se me ha encomendado.
Era un hombre de pasos firmes pero al mismo tiempo en su andar se observaba que ya no hacía contacto con el piso, el mundo para él, no era un triste devenir continuo, por el contrario lo percibía como un gran juego cósmico, LILA.
Poseía cabellos largos de color blanco que denotaban su pureza y ejercían como un manto de protección sobre su ser.
Sus cejas oscuras de un gran espesor le conferían al rostro una imagen de confianza y firmeza que eran fácilmente percibidas por quienes lo observaban.
Lo que más llamaba la atención de sus facciones, especialmente a los niños, es que contaba con una barba larga, entrecana símbolo de Sabiduría y de Comprensión.
Siempre sonriente, afable en el trato independientemente del estado de conciencia de quien interactuaba con él.
El tono de su voz no podía ser otra cosa que la vibración más perfecta, escucharlo era un deleite para los oídos.
Todo en él, sus pómulos, su nariz sus rasgos característicos lo hacían confundir con un Maestro Indio pero en verdad era nacido aquí, en Occidente.
Era un autentico Yogui, un Yogui moderno que nos demostró que para alcanzar la realización hay que desearlo intensamente, es parecido al sentimiento de una Madre que espera el regreso de su hijo que fue a la guerra, o al anhelo de un hombre de beber agua en el desierto. Con ese mismo frenesí uno debe ansiar abrazarse con el aspecto de su Divinidad elegida y trabajar con ahínco para llegar a Su encuentro. El Maestro era un ser en el cual se podía captar que ya había tenido ese contacto directo y que por tal motivo no era un huérfano.
¿Cómo poder describirlo?.
Siento una profunda impotencia que nace de las limitaciones de nuestras palabras. ¿Cómo expresar la cantidad de sentimientos divinos que aparecían cuando sus ojos se posaban en los míos?, poseía una mirada penetrante que transmitía paz, una paz tan profunda como las depresiones del océano. En esos precisos momentos no hacían falta palabras para comprender, solo alcanzaba, esa mirada, mirada en la cual se podía descubrir un aspecto de Brahman.
Si alguna vez han tenido la posibilidad de contemplar algún paisaje conmovedor, una puesta de sol o un amanecer, y han percibido que la creación no pudo haber surgido de la nada, que debe haber alguien, algo que lo sustenta todo, que sostiene la vida y la transforma. Ese sentimiento es casi parecido a lo que el Maestro personificaba, era fácil percibir en su aspecto humano su estado de conciencia, que rozaba con lo divino.
Él era uno de esos seres que había alcanzado la bienaventuranza eterna, el conocimiento de todas las cosas, poseía una mente brillante, bañada por los rayos de luz del Intelecto y éste a su vez por la claridad del alma. Tenía un sentido práctico de las cosas y una capacidad ilimitada para aprender cualquier quehacer de la existencia, tanto sean actividades de las concernientes al plano humano como a las practicas avanzadas de yoga y a la compresión de los textos más abstractos que se hayan escrito.
Al escribir sobre él, siento que hemos sido bendecidos con su presencia.
Era, es y será un Excelso Maestro ya que nada le quedó por aprender y realizar, sino por el contrario mucho por transmitir. Pero acaso ...¿Puede un vaso contener el océano?
Así es que nosotros, sus discípulos, seguiremos bebiendo de sus enseñanzas hasta que ellas calen hondo en nuestro ser y de esta forma podamos fundirnos en Él.
Sé que Él, al igual que un pastor que cuida de su rebaño, también nos protege y nos espera, Y nos está hablando con palabras mudas solo escuchadas en el silencio de nuestra conciencia, ... allí está y nos está diciendo:
“¡ Despierten!, ¡Despierten!, ¡Despierten! Yo ... estoy aquí”.
Reverencio los pies de loto de mi Gurudeva Shrí, Shrí, Shrí Pávanji Yoguiraya
Hari Om Tat Sat - Dios, Ello existe.
Ananta