Por Shuchitá

El indio se postra ante sus padres, sus mayores, sus maestros y ante las almas nobles tocando sus pies. El superior en retorno lo bendice tocando su cabeza. La reverencia es hecha cada vez que uno se encuentra con su superior o en ocasiones especiales en que se busca su bendición para una celebración, inicio de un viaje o emprendimiento en general.

En occidente se preguntan, ¿por qué postrarse ante otro ser humano? ¿Dónde está la superioridad? ¿Acaso no somos todos iguales?

Primero hay que reconocer que hay personas superiores a nosotros. ¿Quiénes son? De menor a mayor, el orden es el siguiente: los mayores en edad, los superiores en virtud, nobleza, conocimiento y, fundamentalmente, en evolución espiritual. No importa el poder social que cada uno tenga; antiguamente un rey debía postrarse ante el Guru. Si un discípulo se cree igual o superior a su Guru, ¿cómo puede pretender aprender? Es imposible.

El hombre se para sobre sus pies. Tocar los pies del Guru en postración es un signo de respeto por su conocimiento y dignidad. Simboliza nuestro agradecimiento por su amor hacia nosotros y por los sacrificios que ha hecho para nuestro bien, dedicándonos su tiempo y esfuerzo con infinita paciencia. Es una forma de humilde reconocimiento a su grandeza. Esta tradición refleja los fuertes lazos que unen a Guru y discípulo.

Los buenos deseos y bendiciones de los superiores son altamente preciados en la India. Estos son buscados postrándose. Los buenos pensamientos crean vibraciones positivas. Los buenos deseos surgidos de un corazón lleno de amor, divinidad y nobleza tienen una tremenda fuerza. Cuando nos postramos con sincera humildad y respeto, invocamos esos buenos deseos y bendiciones de nuestro Guru que fluyen en la forma de una energía positiva que nos envuelve.

Hay diferentes formas de mostrar respeto:

·        Levantarse para darle la bienvenida.

·        Reverenciarlo con Namaste y las palmas juntas.

·        Tocar sus pies con las manos o incluso con la frente (esto es aún mejor debido a que se unen dos polos opuestos, los pies de uno y la cabeza del otro, estableciendo un fluir de la fuerza del Guru hacia el discípulo).

·        Postrarse totalmente en el piso boca abajo con los brazos estirados frente al superior.

·        Dar tres vueltas a su alrededor dejándolo siempre a la derecha.

El verdadero devoto de su Guru nunca se preocupa por lo que otros piensen. Rinde homenaje a su Guru con total entrega y sinceridad.

Que las bendiciones del Guru Supremo te acompañen siempre.

¡Gloria al Satguru! ¡Gloria al verdadero discípulo! OM

                                                                                       Shuchitá